En diciembre de 2019, las autoridades de China comunicaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la propagación de un tipo de neumonía contagiosa, originada por un virus desconocido con origen en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves […]. Un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano.
El coronavirus (COVID-19) que fue notificado por primera vez en Wuhan y se está esparciendo por todo el planeta a modo de pandemia. El alerta es mundial.Una de las recomendaciones habituales para no propagar una infección, además de la higiene y el cuidado personal, es evitar el contacto con cualquier persona que presente signos de afección.
Esto se ha traducido en el corte de la cadena de suministros desde China.
Sabemos que las ventajas en costos, principalmente, ha llevado a la mayoría de las empresas del mundo a importar semielaborados y productos terminados desde China. Wuhan es una ciudad portuaria con una importante actividad industrial en cuanto a la producción de automóviles, productos farmacéuticos, productos químicos, procesamiento de alimentos, industria pesada, electrónica, entre otras y actividades de investigación en biotecnología. Pero el corte de la cadena no ha sido sólo en el eslabón de Wuhan, sino de toda China.
Empresas como Maersk han tenido que reducir sus operaciones logísticas por cortes en la demanda. Hyundai, así como otras automotrices en distintas partes del mundo, ponen en riesgo su producción debido a la falta de componentes y autopartes. Los inventarios de productos de Disney comienzan a alcanzar niveles de escasez. Prácticamente todos los iPhones del mundo se fabrican en China, cerca de Shanghai y a unos 500 km de Wuhan, por lo que la producción del gigante está en riesgo de interrupción. Los vuelos a China se reducen a un mínimo esencial que perjudica a los grandes centros comerciales como Hong Kong, se congela el e-commerce y los efectos colaterales llegan a las empresas minoristas con una caída sustancial de las ventas.
De acuerdo con un reciente estudio realizado por el MIT Center for Transportation and Logistics, alrededor del 50% de las empresas han adoptado una actitud de espera. Por supuesto que regresar a una situación en la que la demanda global se pueda abastecer desde otros países de similares características a China, como por ejemplo la India, garantizando la calidad y los lead time de entrega, demandaría un tiempo que la supply chain no podría soportar. Sin embargo, la situación es crítica y las empresas deben detenerse para planificar estrategias alternativas, evaluando los riesgos potenciales de las cadenas de suministros.
Es obvio que el mundo está en constante cambio. Políticas de gobiernos, fenómenos naturales, enfermedades pandémicas y otros factores de efectos catastróficos cortan, no uno, sino varios eslabones de las distintas cadenas de suministros de las empresas globalizadas. Es momento de repensar, para que no haya dependencia de una ubicación o un proveedor en particular y mantener la continuidad los procesos productivos y de los negocios.
En los próximos días los niveles de incertidumbre sobre el coronavirus deberían comenzar a reducirse y las empresas podrán determinar qué rumbo tomar y cuáles acciones implementar. Sea el desenlace una crisis total o una recuperación paulatina, será necesario revisar la estrategia de cada supply chain y mitigar los riesgos para el futuro.
Fuente: https://obsbusiness.school/es/blog-investigacion/logistica/impacto-del-coronavirus-en-la-supply-chain